9 juin 2011
Rilke pour la mort de mon père
Amaba su interior, su íntima selva,
El bosque inmemorial en él, sobre cuyo mudo derribo
Su corazón, en verde luz, se alzaba. Amaba.
Y lo dejó, y anduvo por sus propias raíces, hasta un potentísimo origen,
Donde su pequeño nacimiento ya estaba sobrevivido.
Amando bajó hacia la más vieja sangre
RILKE
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