ENCINAS Y PIOVERAS

Cuando las ramas se secan, cuando la savia ya no llega,

Entonces, y aunque duela, hay que buscar el secreto que nunca nadie ha contado.

Porque, dolor y vergüenza,tristeza y desgarro quedaron sellados para siempre

Cuando él, el que no debía, hiciera de tu joven cuerpo su paño.

Acaso tuviste que verter sangre, doble sangre, misma sangre,

Y con agujas de tejer te iban arrancando,

Para que no quedara huella, para poder para siempre negarlo.

Todos los labios sellados para siempre.

Y la savia, envenenada de aquí en adelante.

“Que detrás no venga nadie. Que nadie vuelva a vivir lo que viví aquella tarde”.

Empezar de nuevo con el amor de adolescencia, construir un nido cercano,

que con agujas de coser lo has ido reparando

Porque el secreto aún en él pesa, y ha seguido pesando.

Para que el árbol crezca fuerte, para que el árbol siga dando frutos,

Y aunque me cueste entenderlo, sentirlo y luego perdonarlo,

Tengo que saber por qué viniste a Madrid, si fue por amor o por muerte.

Nadie sabe

aunque todos lo quieren saber

ni la clave, ni la llave

de mi cuándo, mi cómo y porqué.

Me gusta ser libre lo mismo que el viento

que mueve el olivo y risa la mar

meterme en la sombra de mi pensamiento

y luego de noche ponerme a cantar.

Un clavel, un rojo, rojo clavel, un clavel

a la orilla de mi boca

cuide yo como una loca

poniendo mi vida en el

y el clavel, al verte cariño mío

se ha puesto tan encendido

que está quemando mi piel

1. Por los que no se atreven a buscar porque les da miedo tropezar o encontrar lo que no querían para que aprendan a no darse por vencidos, a vivir, a caerse y luego levantarse

ROGUEMOS AL SEÑOR

2. Por los que no saben pedir ni se atreven a dejarse amar, porque ocultan en lo más íntimo una ausencia, un vacío. Para que descubran que hay que aprender a llorar para poder recibir.

ROGUEMOS AL SEÑOR

3. Por los que no tienen a quien llamar y por los que se sienten solos aún rodeados de gente, para que la misma soledad les de fuerza porque en ningún lugar se hará mundo sino dentro

ROGUEMOS AL SEÑOR

4. Por los que se sienten insatisfechos e, insaciables, nunca se hartan ni nunca dicen basta, para que descubran que si persigues muchas cosas no recogerás ninguna.

ROGUEMOS AL SEÑOR

5. Por los que han creído que era posible vivir prescindiendo de la ternura, para que no se avergüencen de tener un niño dentro y aprendan a descubrirla en la naturaleza y los demás seres que nos rodean.

ROGUEMOS AL SEÑOR

Amaba su interior, su íntima selva,

El bosque inmemorial en él, sobre cuyo mudo derribo

Su corazón, en verde luz, se alzaba. Amaba.

Y lo dejó, y anduvo por sus propias raíces, hasta un potentísimo origen,

Donde su pequeño nacimiento ya estaba sobrevivido.

Amando bajó hacia la más vieja sangre

RILKE